Este guiso está íntimamente ligado a la cuaresma. Aunque hace años en casi todas las familias se hacía para evitar comer carne los viernes de vigilia, hoy día se sigue haciendo, ya, como una tradición y sobre todo porque en esa fecha las verduras usadas en su elaboración están en su momento.
Es fácil de hacer y muy distraído porque puede llevar más de una hora desgranar los chicharos y las habas. Pero para mí, forma parte de esa tradición, recuerdo que cuando se cocinaba este plato en la casa de mis abuelos, era él quien se encargaba de hacer ese trabajo.
INGREDIENTES: ( para 4 personas)
8 alcauciles de los llamados romanos
1 y 1/2 kg. de chicharos
1 kg. de habas
4 cebollitas largas
3 dientes de ajo
2 ó 3 patatas a rodajas gruesas
Un poco de pan rallado
Pimienta negra molida
Sal
Aceite de oliva virgen
Perejil picado
PREPARACIÓN:
Limpiar los alcauciles cortándoles el tallo y quitándole las hojas del exterior que son más duras.
Meterlos en agua con un chorrito de limón para que no se oxiden.
Pelar las patatas y cortar en rodajas.
Colocar un fondo de patatas en la cacerola que vamos a utilizar.
Echar sobre las patatas los chícharos y las habas desgranados.
Colocar los alcauciles, ahuecándoles las hojas, con la parte abierta hacia arriba.
Picar finamente las cebollitas, los ajos y el perejil.
Rellenar con parte del picado los alcauciles y esparcir el resto sobre todo el guiso.
Añadir en forma de lluvia el pan rallado.
Salpimentar y rociar con abundante aceite.
Agregar un poco de agua sin sobrepasar mucho las verduras.
Cocer a fuego lento durante una media hora.
Personalmente me gusta que quede casi sin agua, con un fondo de aceite.
No hay comentarios:
Publicar un comentario